SUSANA MARENCO
Julio Sapollnik
El libro de Oro del Arte Argentino, Ediciones Institucionales, 2007
Sobre telas de gran formato, Susana Marenco deja huellas de su encuentro diario con el arte. En la obra “Una idea”, ingresamos a la imagen sobrevolando su mesa de trabajo. Frascos guantes y tijeras dan la idea de un espacio quirúrgico, donde solo la creación se hace presente. Pinceles, pomos, pequeños rodillos y espátulas listos para usar confirman la esencia de su asepsia. Y como un homenaje a la visión más gloriosa y a la vez más humildes de la historia del arte del recordado cuadro de Van Gogh, posan también allí un par de viejos zapatos. El plano rebatido de la mesa recibe la iluminación, pero el caballete y la proyección de su sombra sobre sobre el fondo del plano evidencian un cambio en la dirección de la luz que deviene en espectro, iluminado de abajo hacia arriba. En el cuadro “La noche”, un revuelo de calzados se agolpa en el registro inferior, abarcando la totalidad del ancho de la tela. La pintora nos obliga a subir la mirada por unos cubos de colores que nos conducen hacia el vestido nocturno, que cuelga su solitaria espera desde al límite superior del trabajo. Una percha vacía equilibra la composición, a la vez que sugiere el clima de ausencia.